Érase que se era una mariposa encantada que comía ojos. Un mal día comió los de Qrripi.
Qrripi, enfadado, llamó a su mamá que era una mantis religiosa y ésta, enfadada más aún, pegó y escupió a la mariposa.
La mariposa le pidió y le suplicó que por favor n0 le pegara más que necesitaba ayuda: Una bruja le había hecho un hechizo y solamente se deharía si la metían dentro de una calabaza.
Así se hizo y la mariposa, por fin dejó de comer ojos. Y... Cuento contado, cuento acabado.
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