Hace mucho tiempo, un emperador chino que adoraba los peces de colores llenó un lago con cientos de ellos.
Entonces costruyó una puerta entre el lago y el río que lo alimentaba para que los peces no pudieran huir. La puerta se llamó Puerta del Dragón porque el pueblo chino pensaba que si uno de los peces del emperador la traspasaba, se convertiria en un dragón dorado.
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