En un país muy lejano vivia un niño llamado Planton era muy travieso. Un dia se quedo solo en casa entonces sus mascotas se desordenaron. La tortuga se cambió por el pez, tenía cara de pez, entonces, el pez, tenía cara de tortuga y así siguieron todas sus mascotas. Cuando llegaron sus padres se qudaron boquiabiertos ¡Era increíble! Resultaba que Planton les había dado de comer detergente. Entonces castigaron a Planton sin jugar, sin ver la tele, sin cenar, sin comer, y merendando caldo. Todo eso durante dos meses... Y, colorín colorado, el castigo de Planton no se ha acabado.
lunes, 26 de abril de 2010
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